En un mundo donde la información fluye constantemente a través de pantallas y
dispositivos electrónicos, tanto en la lectura tradicional del libro como desde los
dispositivos electrónicos, la lectura es una herramienta indispensable para el
aprendizaje y el desarrollo personal, independientemente del formato. La
curiosidad innata que poseemos durante la infancia es un tesoro que debemos
cuidar y fomentar, y las tutorías comunitarias ofrecen una oportunidad invaluable
para lograrlo.
Las tutorías comunitarias son espacios de encuentro y aprendizaje que
trascienden las aulas escolares. Aquí, las y los niños se reúnen en grupos para explorar
nuevos horizontes de conocimiento. En este contexto, es esencial comprender que
el objetivo de aprender va más allá de simplemente acumular datos y cifras. La
educación debe nutrir la mente y el espíritu, y la lectura es un puente excepcional
hacia ese mundo de posibilidades.
La curiosidad natural de la niñez es un motor poderoso que los impulsa a hacer
preguntas, a explorar lo desconocido y a imaginar mundos enteros. Por eso, es
importante que la iniciación a la lectura sea una experiencia agradable que
despierte en los infantes el interés y el deseo de leer. El sentido y el significado de
la lectura también son importantes, ya que permiten a las infancias, comprender por
qué y para qué están leyendo, lo que les ayuda a encontrar un propósito y una
utilidad a la lectura. Además, la lectura es una actividad voluntaria y placentera,
por lo que la familia y los docentes juegan un papel fundamental en la creación de
un clima afectivo, así como en la motivación y generación de actividades que den
sentido y significado al por qué y para qué leer.
Desde la infancia, al integrarse a la lectura, acceden a una variedad de historias,
ideas y perspectivas, que nutren su curiosidad. Les permite adentrarse en
universos lejanos y viajar en el tiempo, conocer héroes y heroínas, y comprender
culturas diferentes a las suyas. A través de la lectura, los niños pueden formular
preguntas, buscar respuestas y descubrir el placer de aprender por sí mismos.
Además, la lectura desarrolla habilidades cruciales como la comprensión lectora,
el pensamiento crítico y la empatía. Estas habilidades se potencian con la lectura
en voz alta, la lectura compartida y la lectura silenciosa. También es importante
elegir textos que sean de interés para los estudiantes y que se ajusten a su nivel
de comprensión.
Las tutorías comunitarias, al fomentar la socialización grupal, potencian aún más
los beneficios de la lectura. Las y los alumnos comparten sus descubrimientos y
reflexiones, enriqueciendo sus experiencias y aprendiendo unos de otros.
En un mundo cada vez más digital, donde la atención se fragmenta y la inmediatez
es la norma, debemos recordar que la lectura es un refugio para la mente y el
alma. Las tutorías comunitarias, con su enfoque en la socialización grupal, nos
brindan la oportunidad de cultivar la curiosidad y el amor por la lectura en la
infancia. Al hacerlo, no solo estamos formando mentes brillantes, sino también
corazones compasivos y ciudadanos informados que contribuirán al bienestar de
la sociedad.
Así que, mientras trabajamos en el fortalecimiento de nuestras comunidades a
través de tutorías comunitarias, recordemos siempre el poder transformador de la
lectura. Enseñemos a las y los niños que cada página es un portal hacia el
conocimiento, la empatía y el entendimiento mutuo. Fomentemos el gusto por la
lectura y la curiosidad, para avanzar siempre en el conocimiento.
Autor: Matías Lillo, ciencia política Universidad Alberto Hurtado.
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